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Las reuniones preparatorias de Ginebra 2022 marcan el camino para consensuar una mayor ambición y avances en materia de biodiversidad

Viernes 29 de Abril de 2022

Ginebra acogió del 14 y 29 de marzo de 2022 las sesiones de negociación previas a la COP 15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Estos trabajos han constituido la continuación de los períodos de sesiones de la vigésimo cuarta reunión del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico (OSACTT 24), la tercera reunión del Órgano Subsidiario de Aplicación (OSE 3) y la tercera reunión del Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre el Marco Mundial para la Diversidad Biológica después de 2020 (GT2020-3).

Las conversaciones celebradas en la ciudad suiza han puesto de manifiesto la necesidad de avanzar en las negociaciones a fin de alcanzar acuerdos fundamentales en la COP15, que incluyan, en particular, la adopción de un nuevo marco global para la próxima década, que ha de consensuarse teniendo en cuenta el enfoque surgido de Aichi, donde  la pérdida de la biodiversidad dejó  de ser considerada únicamente un tema ético, para pasar a ser contemplada como un tema económico, social y de trascendencia intergeneracional.

También, se ha avanzado en la definición de la meta global: revertir la pérdida de biodiversidad para 2030 y recuperar toda la que se ha perdido para 2050. Esto implicará frenar la pérdida de biodiversidad y restaurar los ecosistemas dañados para devolver al planeta un futuro parecido al previsto.

Para lograrlo, este nuevo Marco Mundial para la Diversidad Biológica post-2020 requerirá de un compromiso de todos los stakeholders, no solo de las Partes. Las acciones necesarias para lograr las metas que se decidan lograr van a ser monitoreadas a través de una serie de indicadores que van a reflejar sus avances y permitirán adaptar las decisiones para asegurar su cumplimiento en plazo.

En esta línea de acción, la UE ha defendido su conocida postura de apostar por conseguir un nuevo marco global ambicioso, con objetivos y metas específicos, y con mecanismos de implementación eficaces, y que garantice la plena integración de la biodiversidad en todas las políticas sectoriales y ámbitos de la sociedad.

Así, se reitera su apuesta por conseguir la protección del 30% de las superficies terrestre y marina y su gestión eficaz; reforzar la conectividad ecológica; la restauración ecológica de ecosistemas; la biodiversidad marina y costera; el refuerzo de las sinergias entre biodiversidad y cambio climático; la protección y conservación de polinizadores; la lucha contra las especies exóticas invasoras; o la lucha contra el tráfico ilegal de especies silvestres; entre otras muchas cuestiones.

En cuanto a la Iniciativa 30*30, destaca el apoyo mayoritario de las Partes, con más de 90 países comprometidos, que han subscrito la High Ambition Coalition for Nature and People, asegurando que trabajarán por proteger el 30 % de la superficie mundial terrestre y marina. Aquí, es especialmente relevante, no solo el compromiso de alcanzar este objetivo, sino que se haga aplicando una gestión de calidad, eficaz y sostenible, garantizando asimismo la conectividad ecológica entre los espacios.

Las empresas, como stakeholders clave del proceso, están comprometidas y tienen un papel determinante para contribuir al cambio. De hecho, numerosas entidades y asociaciones empresariales han estado presente en las reuniones y han manifestado su interés en esta cuestión y planteado propuestas concretas. El número de empresas que entienden que su éxito viene de la mano de la protección del medio natural ha ido aumentando, como muestra la llamada a la acción Nature is Everyone’s Business firmada por más de 1.100 entidades. Durante estas sesiones preparatorias de la COP 15 han continuado insistiendo en la necesidad de postular objetivos claros, que, además, sean medibles y tangibles y en que el logro de sus objetivos dependerá del refuerzo de las metas 15 y 18 del Marco post-2020 para la Diversidad Biológica.

En relación con la meta 15, por la que todas las empresas habrán de evaluar e informar sobre sus dependencias e impactos en la naturaleza, se ha debatido sobre el papel de los gobiernos, que deben promover y facilitar estos objetivos a las empresas y establecer regulaciones pertinentes y necesarias para proteger el medioambiente y la biodiversidad. Todas las empresas, independientemente de su pertenencia al sector público o privado y su tamaño, deben trabajar para reducir progresivamente su impacto negativo y avanzar hacia un modelo sostenible. Esto es de especial importancia ya que se ha llegado a estimar que más de la mitad de la economía global, depende directamente de la naturaleza.

Respecto a la meta 18, se persigue redirigir o eliminar los incentivos perjudiciales para la biodiversidad, para lo que el borrador inicial en negociación plantea reducirlos en una cantidad aproximada de 500.000 millones de dólares al año. En contrapartida, deben potenciarse los incentivos económicos y regulatorios con un impacto positivo o neutral para la biodiversidad. Actualmente, se estima en 700.000 millones de dólares anuales el valor de las partidas económicas destinadas a reparar daños medioambientales. En las reuniones de Ginebra se ha planteado la necesidad de reconducir esta financiación, de modo que sean destinadas a potenciar y desarrollar nuevos modelos de negocio sostenibles y fiables, así como fomentar la regulación para incentivar la participación financiera activa del sector privado para que complemente la financiación del sector público.

Los sectores como la agricultura, la infraestructura y los bosques, así como su cadena de valor, necesitan una renovación encabezada y dirigida por los gobiernos, situando a la naturaleza en el centro de las decisiones. El cumplimiento de estos acuerdos también supondría un gran estímulo positivo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que 14 de los 17 ODS están relacionados de forma directa o indirecta con la naturaleza. Los acuerdos que se tomen en las cuestiones que aún generan controversia entre las Partes, sumados a un incremento en el apoyo a la investigación y el incremento en la velocidad de toma de decisiones y su posterior puesta en marcha de las acciones, permitirían alcanzar la finalidad principal: la protección de la biodiversidad.

Entre los días 21 y 26 de junio de 2022 Nairobi (Kenia) acogerá la última ronda de reuniones preparatorias y donde se espera consensuar la propuesta final de texto para los 4 objetivos y las 21 metas que se negociará y aprobará finalmente en la 15ª Conferencia de las Partes del Convenio, en Kunming (China), en el tercer trimestre de 2022.