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Antecedentes

La conservación de la diversidad biológica es de interés común para la humanidad dada su importancia para la vida en el planeta, el bienestar social y el desarrollo económico.

La biodiversidad proporciona bienes y servicios esenciales para el ser humano, regula el clima y los ciclos hidrológicos, purifica el agua y el aire, protege y fertiliza el suelo, poliniza cultivos. En definitiva, sustenta la existencia del ser humano en la Tierra.

Dependemos de estos bienes y servicios que los ecosistemas nos proporcionan para obtener recursos tan necesarios como alimentos, medicamentos o fibras. De hecho, el 40% de la economía mundial depende de la salud de los ecosistemas.

Sin embargo, en las últimas décadas asistimos a la pérdida de esta biodiversidad a un ritmo sin precedentes, que conlleva múltiples impactos ambientales, económicos y sociales, y pone en riesgo la capacidad de la Tierra para mantener la calidad de vida del ser humano.

La comunidad internacional, consciente de esta realidad, asumió este reto mediante la adopción del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD, siglas en inglés) de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio ambiente y el Desarrollo en Río de Janeiro en 1992, fijando tres objetivos concretos:

  • Conservación de la diversidad biológica;
  • Utilización sostenible de sus componentes;
  • Distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos.

Desde entonces se celebran periódicamente las Conferencias de las Partes de la Convención (COP) tratando de avanzar hacia estos fines.

En la COP 10 celebrada en 2010 en Nagoya, Japón, se formularon las Metas de Aichi, 20 objetivos específicos sobre biodiversidad a alcanzar en 2020. Ese mismo año fue proclamado como Año Internacional de la Biodiversidad y las Naciones Unidas declaró el período 2011-2020 como década de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica.

Durante esta décima reunión de la Conferencia de las Partes también se actualizó y aprobó el Plan Estratégico para la Biodiversidad para el período 2011-2020. Este documento recoge de forma explícita la necesidad de asociación, colaboración y paternariado a todo nivel para poder aplicar eficazmente dicho plan.

Para ello se apuntaba como necesaria la "promoción de la adopción de prácticas favorables a la diversidad biológica por parte del sector empresarial". Para alcanzar este objetivo, surge The Global Partnership for Business and Biodiversity, una coparticipación del CBD y el sector empresarial. La Secretaría del CBD ha fomentado el establecimiento de iniciativas nacionales y regionales para facilitar un foro de diálogo entre todas las partes interesadas.

España como miembro firmante del CBD desarrolla la Iniciativa Española Empresa y Biodiversidad a través de la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.