Esta hoja de ruta proporciona un enfoque estructurado para evaluar los impactos y dependencias de la naturaleza a lo largo de la cadena de valor del entorno edificado: edificios, infraestructuras urbanas, infraestructuras de transporte, infraestructuras marinas y costeras, y un subsistema transversal que abarca las actividades mineras y extractivas previas. Propone además acciones a emprender para transformar y garantizar que el entorno construido desempeñe su papel a la hora de detener y revertir la pérdida de naturaleza de aquí a 2030.